...Si yo te escucho oiré tu voz
Entre el ruido, el trabajo, las tareas, a veces no oigo que me hablas.
Gracias por hacerte notar, por ser el motorcito de cada día, la chispa que hace que me mueva, que actúe, que pare.
Enséñame a vivir en ti, sin separarte de mi vida, de la gente que quiero...que tu presencia sea también terrenal, cotidiana, y que sepa verte en todo eso.
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