lunes, 8 de octubre de 2012

Una presencia

Los días que trabajo por las noches tengo una extraña noción del tiempo.Duermo cuando todos trabajan, despierto cuando  los demás llegan del trabajo..y así hasta que me acostumbro a pernoctar.
Hoy ha sido mi última noche de esta semana, y ahora tengo unos días libres para recuperar antes de retomar mañanas, tardes y nuevas noches de trabajo.

En estos horarios que nadie entiende, y que nadie se puede amoldar, paso muchas horas sola. Las aprovecho para estudiar, pasear, preparar cosas para cuando llega Javi del curro, y poder compartir con él lo que hemos hecho durante el día. 
A pesar de esta aparente soledad o melancolía , no me siento para nada sola, siento una presencia que me acompaña donde voy, una alegría que me ayuda a empezar cada día y planificar, actuar, estudiar, salir...  Me siento acompañada siempre, conectada,  de la mano.
 A veces pienso que es mi abuela, en la que tanto pienso,cierro los ojos y tengo su voz, sus manos, sus palabras.Otras, que será esa presencia divina, Dios que me acompaña. También pienso que los buenos pensamientos, las oraciones de tantas personas que velan por los demás se transmiten, y que igual son "efectos beneficiosos" de una oración, de un recuerdo, de un sentimiento.

Aprovechando mis días libres, he empezado a estudiar, esta vez más en serio. Amo mi profesión y por eso quiero saber más,  poder trabajar en sitios que me formen, CUIDAR en todos los ámbitos a los demás. Me siento muy apoyada con esto de retomar estudios, y aunque quien algo quiere algo le cuesta, aquí estoy, a por todas!


Que sepa aprovechar esa presencia, ese feeling para actuar, para contagiar sonrisas, para evangelizar desde lo más simple, sin palabrerías y con actos.