jueves, 29 de marzo de 2007

miércoles, 28 de marzo de 2007

Mirar más allá

Ante los los agobios,la incertidumbre, la oscuridad o los días de mal humor como hoy...¡hay que sonreír y tomarlo todo con un poquito más de alegría!

Os dejo con esta historia que puso un amigo(Álex) en los foros, y que me gustó, porque además de recordarme a otra( que pondré en post posteriores)me hizo pensar que todo pasa por algo.Que la cuestión es encontrar sentido a las cosas que hacemos y aceptarlas como vengan. Y pensar que todo tiene un por qué, que con el tiempo descubriremos aunque ahora no lo entendamos.
No sé,así es como me siento últimamente. Un poco a la expectativa, intentando no dejar que el correr del día a día me lleve por delante, parándome a pensar un poco menos en mí,( y mis problemas, y mis agobios, y mi ego....!!) y mirando más de cerca a los demás.

Espero que os guste el cuentecillo-reflexión.

Un besote

Elena


Vía de Foros de Ágora Marianista




Cuántas veces no entendemos por qué tenemos que soportar las dificultades. Y cuántas veces nos damos cuenta después de que las dificultades, afrontadas con alegría, en el fondo nos ayudan a hacernos más fuertes, a crecer, a estar preparados para seguir caminando, a disfrutar con más intensidad de todo lo bueno que Dios nos regala...


Había una vez un padre con tres hijos. Los llamó y les dijo:

–Hijos míos, como bien sabéis, ya soy un hombre viejo. Voy a morir y vosotros no conocéis aún la tierra de la que proceden vuestros antepasados. De modo que poneos en marcha, id y saludad de mi parte a la familia. Pero iréis a pie, porque no hay caminos, y cada uno llevará a cuestas un tronco de árbol que yo os daré.

El poblado estaba lejos, pero los hijos obedecieron. Sin embargo, cuando apenas habían comenzado a caminar, el mayor se dijo: «Lo que nuestro padre nos pide es absurdo; es imposible andar con este tronco tan pesado sobre los hombros». Así que tiró el tronco y continuó caminando mucho más rápido que sus dos hermanos.

Más adelante, el segundo de ellos pensó: «Nuestro hermano mayor tiene razón, pero tengo miedo de desobedecer a papá, así que simplemente cortaré el tronco por la mitad para aligerar la carga».

El hermano menor se había quedado rezagado, con su gran tronco a cuestas, preguntándose por qué tenían que sufrir de aquella manera. Pero, a pesar de su incomprensión, no dejó de acarrear con aquella carga, fiel a lo que su amado padre les había pedido.

Los dos primeros hermanos llegaron mucho antes que él a las inmediaciones del poblado, del que sólo los separaba un profundo barranco. El mayor trató de saltarlo, pero no llegó y se precipitó al vacío. El segundo intentó usar su medio tronco como puente, pero la madera no resultaba suficientemente larga, por lo que resbaló y cayó también.

Cuando llegó el pequeño, exhausto por el esfuerzo, vio y comprendió. Su tronco tenía las dimensiones justas para servir de puente sobre el precipicio. Atravesó el barranco, entró en el poblado y fue recibido con alegría por toda la familia.

sábado, 10 de marzo de 2007

Confía en la duda

¡Buenas!Después de casi un mes sin escribir nada, he vuelto.Desde el último post han pasado muchas cosas: la convivencia con los chavales de Xaire, la vida diaria a tope, nuevo cuatrimestre en la uni, ejercicios espirituales de jóvenes, velada de monitores...¡y en breve las fallas!

Creo que en el día a día voy muy acelerada, dejando que la vida pase por mí, y no yo por ella, sin saborear cada momento ni disfrutando de verdad. Los ejercicios espirituales fueron un momento importante, de poner las cosas sobre la mesa, de pararme y plantearme cosas que rondaban mi cabeza.
La verdad es que los cogí con muchas ganas y me sirvieron un montón.Me los tomé como un fin de semana de desconectar y convivir. Un pequeño tiempo para pensar en todo lo que llevo de año, para ver con un poco más de claridad mis dudas y mis interrogantes, que son muchos.

Y lo que realmente buscaba en esos ejercicios era vaciarme por dentro, para recibir al Señor. Dejarme llevar por Él, y confiar, que tanto me cuesta. Arriesgar y apostar. Poner mi vida en sus manos, y que él me lleve.
En medio del interrogante que tengo en tantos aspectos de mi vida, en medio del barullo diario, de mi cabeza desordenada,el señor siempre está, incluso cuando no quiero que esté.
El fin de semana tuvo muchos ratos de tiempo personal, de reflexión. Me llevé mi libreta, y en uno de esos ratitos, escribí esto, que representa un poco como me siento últimamente en mi vida, con tantos cambios, tanta novedad...
Espero que os guste.


La duda

Las crisis nos hacen más fuertes
Una pregunta no siempre tiene respuesta,
sólo basta que nos sirva para avanzar, para dar un paso más.

Las dudas nos traen más dudas,
nos cuestionan,nos miran con lupa,
nos desnudan para mirarnos de verdad.

La duda no es obstáculo, es avance.
Es buscar a pesar de no entender nada,
es soñar que la luz llegará.

Dudar es crear posibilidades.

Querer enfrentarse a las crisis nos enaltece,
nos hace más fuertes, nos llena. Y forma parte de nuestra vida.

Quiero seguir cuestionándome, haciendo estos parones,
rompiendo mi rutina para verme de verdad.
Señor,enséñame a dudar creciendo,y descubriendo lo esencial, lo que hay que cambiar.




Elena