lunes, 12 de noviembre de 2007

Rojitas las orejas

Y hoy algo tan simple y bonito como una canción.
Fue de las primeras que aprendí con la guitarra,me la enseñó Tere, y me trae muchos muchos recuerdos..
Es la canción que se sabe todo el mundo de Fito,la que se canta en campas, encuentros..
Y es de esas canciones que tengo súper oídas, pero que últimamente la escucho y le encuentro un puntillo más, le encuentro algo más que me gusta..y oye, me siento identificada,me encanta sentirme como en la canción!;)

La versión de Extrechinato y tú me parece más bonita, son unos grandes poetas:), espero que os guste.




¿Qué tiene tu veneno que me quita la vida sólo con un beso
y me lleva a la luna y me ofrece la droga que todo lo cura?
Dependencia bendita; invisible cadena que me ata a la vida,
y en momentos oscuros palmadita en la espalda y ya estoy más seguro.
Se me ponen si me besas rojitas las orejas.

Pon carita de pena que ya sabes que haré todo lo que tú quieras.
Ojos de luna llena: tu mirada es de fuego y mi cuerpo de cera.
tú eres mi verso, pluma, papel y sentimiento;
la noche yo, y tú la luna; tú la cerveza y yo la espuma.

Se me ponen si me besas rojitas las orejas.

Tengo ronca el alma de quererte
en esta soledad llena que me ahoga;
tengo los ojos llenos de luz de imaginarte
y tengo los ojos ciegos de no verte;
tengo mi cuerpo abandonado al abandono
y tengo mi cuerpo tiritando de no poder tocarte;
tengo la voz tosca de hablar con tanta gente
y tengo la voz preciosa de cantarte;
tengo las manos agrietadas de la escarcha
y tengo las manos suaves de en el cielo acariciarte;
tengo soledad, luz, alegría, tristeza,
rebeldías, amor, sonrisas y lágrimas...

Y también te tengo a ti, preciosa,
caminando por las venas con mi sangre.

(El vídeo no tiene nada, xo bueno, lo importante es la canción!)

viernes, 9 de noviembre de 2007

¡Corre!

Vivimos acelerados
dejando que pasen experiencias por nosotros, dejando que pasen de puntillas oportunidades que aprovechar,momentos de crecer, y de vivir de verdad.
Me fascina la idea de viajar, apuntarme a cualquier aventura que surga, vivir experiencias que merecen la pena. Pero no quiero que todo eso pase por mí sin más, quiero llenarme de lo que vivo y aprovechar al máximo todo lo que hago.

Parece que cuando tenemos a nuestro alcance todo lo que queremos, le quitamos importancia y valor, y pasamos a tomarlo como algo casi cotidiano.No hace falta irse de viaje cada dos por tres ni probar a todas horas cosas nuevas, porque lo esencial está en el día a día.Claro que sí, todas las experiencias nuevas son bienvenidas, y más cuando te enriquecen, te plantean nuevos retos, te hacen mirarte por dentro y crecer.Pero,a veces siento la necesidad de huir, de no afrontar las dificultades, de escoger el camino fácil...de cogerme la mochila e irme por ahí. Y eso es hipócrita. Eso es dejar todo lo que "no me gusta" aparcado y ser una cobarde.

Y eso me alarma. Quiero aprender a disfrutar de lo pequeño, de lo cotidiano. Me gustaría tener más valor, más coraje y vivir todo con intensidad, dándole realmente el sentido que tiene.
Tengo mucho de lo que empaparme y aprender. No hace falta irme lejos, lo tengo en mi casa. Miro a mi madre y veo una lucha constante, un coraje que es digno de admirar, una fuerza interior que sólo puede venir de la confianza en Dios. Miro a mi padre y siento unas ganas enormes de acercarme a él, de adentrarme en "su mundo", de comprenderle un poco más, de aprender de su testimonio vida.Miro a mi hermana, sacando adelante su vida, haciendo esfuerzos por crear una familia, y la veo feliz.Miro a mi hermano y siento esa paz que nos da a todos; ofrece su trabajo, su vida, todo lo que es, a Dios; desprendiendo una alegría profunda que cala hondo.
¿No es increíble? ¡No puedo más que sentirme afortunada!


"Quienes la vida dieron, te invitan a entregarte, dando tu vida, desviviéndote en el darte"

Después de la peregrinación a Roma aún no había escrito por aquí, porque quería dejar reposar sentimientos, que la experiencia me calara y me diera que pensar. Y sí, me ha servido mucho. He aprendido de este viaje que no hay mejor manera de vivir que DANDO LA VIDA, siendo uno mismo, siendo transparente, entregado a los demás, teniendo a Dios como centro. He vuelto a casa con mi ganas de servir, de ser misionera en todo lo que hago, en la facultad, en mi casa, con mis amigos, con las personas que quiero..he vuelto a casa con la convicción de que eres más feliz en la medida que das lo que eres a los demás.


¡Tiempo de reír!

Que no se me olvide lo importante...(lo esencial es lo interior)

UN beso a todos!!