jueves, 23 de abril de 2009

Lo más pequeño






A veces soy pequeñita, como estos bebés, indefensa y con miedo. Estos días con ellos en el hospital no hago más que pensarlo: ¿qué futuro tendrán estos niños? ¿ Qué repercusiones tendrán en su salud cuándo crezcan? ¿ Por qué han de sufrir tanto, qué calidad de vida les garantiza? Incluso el primer día pensé: ¿Merece la pena que se estén llenos de tubos?

Me sentía mal descubriéndome pensando así, pero no me podía quitar de la cabeza sus caritas y las de sus papás, el sufrimiento constante.


Pero como siempre, Dios está, y está(estoy segura) en ellos, en los bebitos indefensos, en la vida que empuja con fuerza. Desde hace un par de días, Rosana, uno de los bebés de la sala, empieza a comer con biberón. Sus papis no pueden ir a verle todos los días, porque viven lejos, y los biberones se los dan las enfermeras. Así que en una de las tomas de la tarde me la puse en mis brazos. Ella,nada más sentirme, abrió los ojitos. Sentía su respiración con la mía, ese cuerpo de apenas un kilo sobre mí, que me emocionaba a cada movimiento. Le di su biberón y me la puse sobre mi pecho, abrazada, para que sintiera calor. Y me empezaron a salir canciones de la infancia, y me puse a cantarle, así bajito, hasta que se quedó tan relajada y tranquila que podía esbozarse una mueca en su cara, que yo diría que era una sonrisa.

Todos los días le doy su biberón, le abrazo, le doy calorcito, le canto...y pienso que sea lo que sea de la vida de este bebé ( que seguro que sale adelante), transmite fuerza a raudales, es increíble sentir que una cosita tan pequeña tenga tanta fuerza y veas cómo va creciendo cada día y mejorando. Y que parece mentira que me esté enseñando tanto.

Ver todo esto me hace más fuerte, y me reafirma en que Dios obra en ellos, y que la cuestión no es preocuparse por lo que será de ellos en X años, sino en darles amor a cada momento, no perder la esperanza, darles un poquito de nuestra vida.

Merece la pena.

12 comentarios:

Ceci dijo...

Ternura. No es necesario ser mamá para tener ternura... y de eso tienes a raudales.

Un besazo

tesS dijo...

Estoy segura de que tu vida, tu calor también le empuja a ella para salir adelante.

Es emocionante leerte Elena, con ese amor que tienes a tu vocación, con ese amor que regalas a los más necesitados de cariño y calor.

Gracias, te sigo leyendo

Un abrazo,

TeSs

Noe dijo...

Sin duda que lo que esbozó era una sonrisa.

Sonrisa de cariño, de cercanía, de sentirse acompañada y protegida. Gracias a personas como tu esos niños salen adelante. Un 30% depende de la ciencia, el resto de la humanidad con la que trabajáis gente como tú.

Ojalá nunca te canses de tu vocación, porque por ahora vas dejando el listón muy alto.

Gracias, mi niña de la sonrisa de piruleta.

Unknown dijo...

:)

Ha sido una semana dificil, y ese momenton de vida que tienes me ha enternecido.

Gracias mil

Alberto. dijo...

Seguro que así nos ama Dios.

Hermosa fotografía.

Analía dijo...

Tu relato ahora, me puso frente al Misterio de la Navidad; sí, Navidad en abril...
Lo más indefenso, lo más frágil, lo más pequeño...necesitado de TERNURA. Y entonces otra vez las preguntas, y las cosas que dan vueltas dentro, y la maravilla de que Dios todavía venga a nosotros tantas veces para recordarnos que el camino es el AMOR. Hecho gestos tiernos de cuidado, hecho esperanza en el minuto a minuto, hecho señal de Amor en la sonrisa de un bebé que apenas se sostiene.
Sí hasta te imagino!

Un fuerte abrazo!

Sejo dijo...

Tu misma imagen, tu doble, tu gemela.

Ese bebé fuistes tú, igual, llena de tubos, en la UCI. Los médicos no daban un chavo por tí, pero el cariño, el ir a verte todos los días, el cogerte de la manita y acariciarte, rozarte las mejillas, susurrarte cariños, hicieron que la ciencia quedase boquiabierta ante el milagro.
¿Te acuerdas?, Visitas Durante años al hospital, controles etc, y no salían de su asombro. Ni una secuela.
Bueno si, te quedó una, marcada en el corazón, para siempre. La ternura, el amor, la sonrisa, que ahora, devuelves a raudales a esos niños, que son como tú.

No hay que pedir más, Dios, ya lo tiene todo dispuesto. Actua en el momento, el resto vendrá por añadidura.

Estamos esperando ansiosos tu regreso a casa.

Un beso muy fuerte:Sejo

Daniel dijo...

Yo tenía 11 años. Recuerdo lo mucho que sufrían papá y mamá al verte en ese estado. A mí y Sarita no me dejaron entrar hasta más adelante. Yo pensaba que no valía la pena, no te conocía y veía a papá y mamá sufrir, pensé, si muere descansaremos. Era un niño. Vi la virgen de los desamparados en la cabecera de la cama de mamá, y como te encomendó a su cuidado. Dios te salvo, del trombo, de la alergia mortal a las proteínas de la vaca, de la falta de pleura para tus pequeños pulmones. Uno a uno te hizo superar los peligros. Él tenía y tiene grandes planes de amor para ti. Tú vida ya da frutos y frutos en abundancia.
Por favor, sigue DANDO VIDA. Un abrazo sister,
Dani

Elena dijo...

La vida es un milagro, ver a los recién nacidos me hace alabar a un Dios que pone en cada bebé todo lo necesario para vivir. Los que tuvimos dificultades alrededor del nacimiento y ahora podemos recordarlas con profundo agradecimiento sabemos lo que vale una vida, aunque sea débil, pequeña y con dificultades y apostamos por defenderla por donde vamos.

InmaP dijo...

Gracias Elena por tu testimonio,ojalá esto se llegara a publicar en grandes titulares de periódicos y no lo que estamos leyendo estos días. Adelante con tu vocación. Vuelve pronto.
Besitos musicales...

Luis Soriano Ferriol dijo...

Sé de un niño que hoy tiene ocho años, que en su día pasó por incubadora, pues era prematuro, sietemesino. Fue un embarazo complicado, de los que amenazan permanentemente con acabar en aborto espontáneo. Pero el niño se salvó, en el hospital hubo médicos y enfermeras que le salvaron la vida, y hoy juega feliz. Es hijo único, y sin el apoyo de las incubadoras, de los médicos, de las enfermeras, ahora su puesto en el mundo estaría ocupado por un inmenso vacío. Un vacío como LA NADA del cuento de La Historia Interminable de Michel Ende. En fin, Elena, mucho ánimo, que te espera una vida profesional fascinante y, sobre todo, trascendente, con una proyección de futuro que ni imaginas, ni quizá llegues a conocer en detalle; pero que se habrá llenado de alegría, en parte, gracias a tu esfuerzo y colaboración. Saludos, y ten siempre mucha ilusión.

LUIS ADRIAN dijo...

HOLA ME LLAMO LUIS ADRIAN Y TE ME HACES UNA CHICA INTERESANTE Y MUY GUAPA A PARTE DE INTELIGENTE ME GUSTARIA CONOCERTE SOY DE MEXICO TE MANDO UN BESO Y UN ABRAZO BYE