¿Sabes qué nos une pero a la vez más nos separa?
El mar.
El mar que tú miras desde tu ciudad marinera,
el que te despierta cada mañana, el que te da vida.
Al que acudes por instinto, como si le oyeras susurrar.
El que te escucha y te habla.
Pisar la arena caliente y pasear te hace recordar
las marcas grabadas, los caminos hechos y ya borrados,
o el camino que está por construir. Una huella tras otra.
Y mi mar que siempre me acompaña,mi mejor confidente.
Que me transporta con solo desearlo al mar que yo quiera,
al sueño que anhele.
Y lo siento mío porque no me deja,
porque me inspira profunda calma
con su vaivén constante, con su rumor incesante.
Vámonos a mirar el mar, a contemplar su profundidad
a perdernos en su horizonte haciendo que le tiempo
se congele para nosotros nada más.
Volvámonos a ilusionar, a confiar que el mar nos guiará,
a pesar de la tormenta y cielo gris.
No tengas miedo,sólo has de confiar en mi.
Elenita
