martes, 24 de abril de 2007

Misionero siempre

Hoy hace tres años que te fuiste, y aún me parece que fue ayer.
Me acuerdo de ti todos los días, tengo tu recuerdo muy vivo. Paso por el bar del cole y aún se me hace raro no verte con tu carrito de chuches, en los recreos, o por las tardes cuando a veces te iba a ayudar.
La primera vez que te vi yo tenía 6 años, era nueva en el cole, y me extrañó ver un hombre gordote y grande en el patio, con su carrito de chucherías vendiendo a los chavales. Me acerqué curiosa a ver qué era eso, y como eras tú, pues me empezaste a preguntar que cómo me llamaba, que a qué curso iba...

¿Sabes lo que me apasionaba de ti,Tomás? Tu empeño por la misión, tu voluntad. Pasarte todos los miércoles sin falta por las clases a pedir dinero. Y si eran fallas, pues de fallero y con la música; y si era Navidad, disfrazado de Papá Noel. Ponías toda tu fuerza y todos los recursos para llamar un poco nuestra atención, y que nos diéramos cuenta de lo que pasaba a unos kilómetros de nosotros. Nos leías las cartas de las monjitas del Togo, de lo agradecidas que estaban al recibir el dinero que recogías...

Estabas en todo,siempre preguntándome por la mami y la abueli, siempre pendiente. Sé que sigues aquí, porque te siento en el ambiente del cole, al pasar por la paraeta y ver tu nombre. Te noto cerca siempre en misa,te imagino sentado en tu lugar de siempre;te siento cada vez que pienso en lo mucho que tenemos y lo poco que lo valoramos, en que es necesaria la misión, el darse a los demás.

Me asombra ver que tu misión sigue con mucha fuerza,y es que dejaste grandes raíces que son difíciles que desaparezcan.Tú fuiste la primera persona que me hablaste de ese "tercer mundo" que yo desconocía. Me inculcaste algo de tus inquietudes.
Recuerdo que de pequeñita, no tendría más de 8 años, ahorré durante un montón de tiempo todas las pesetillas que me iban dando hasta llenar una bolsa. Cuando la llené te la llevé a la paraeta para que la enviaras al Togo. ¡No sabes la ilusión que me hizo que me contestaras con una carta!Me ponías que ese dinero iba a ir al Togo, que era para los niños de allí, que siguiera dando y pensando en ellos.


Sé que estás conmigo, cada vez que me acuerdo de ti, y siempre recordándome que hay que ser misioneros, y que hemos de empezar por lo que tenemos cerca.Gracias, gracias, gracias Tomás! Por ser un gran pilar en mi vida, por calarme tan hondo. Por recordarme lo importante.

Cuando falleciste, escribí una poesía que colgué en el antiguo blog.Hoy,como pequeño homenaje, la pongo aquí de recuerdo.

Y el foro que hablamos de ti...http://www.marianistas.org/comunidad_9_4129_10.htm
Te quiero

Elena(o Rogelia, como me llamabas tú;))


Misionero Tomasón

Te fuiste,y como a todos,
te tocó marchar.
Lo hiciste sigiloso,
pero luchando hasta el final.

Sentí rabia,impotencia,
muchas ganas de llorar.
Ahora ya no hay consuelo,
pues te llevo en mi caminar.

Hoy ha sido un día triste,
tu presencia ya no está.
Todo se quedó vacío,
en aquel que fue tu hogar.

Recuerdo como sonreías,
al niño que iba a tu bar.
Reñías al ladrón,dabas al pobre,
pero todo desde tu gran humanidad.

En mi vida has dejado huella,
me has enseñado a amar de verdad,
a dar sin esperar nada,
y a compartir con humildad.

Sé feliz desde ahí arriba,
aquí tu obra continuará.
Todos hemos cogido el relevo
y llevaremos tu mensaje hasta el último lugar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Elenita! hace mucho que no escribía por aquí.. pero me paso de vez en cuando para ver si tienes algo nuevo!
Seguro que Tomás era un gran hombre.. sólo hace falta leer todo lo que escribes de él para comprobar que fue un gran ejemplo para tí!
Necesitamos personas así a nuestro lado, que nos hagan darnos cuenta de las cosas que de verdad tienen importancia.
Sin duda puedo decir que la poesía es preciosa. Me encanta!! Gracias por seguir el ejemplo de Tomás!!
Un besazo enorme!! Tq!!

Daniel dijo...

Gracias

Paços de Audiência dijo...

Entrañable, sencillo, tierno e íntimo.

Anónimo dijo...

¡Hola Elena! Llegué a tu blog a traves de "Todo es don" Que bonito todo lo que escribes aquí, lleno de esos sentimientos que salen de muy a dentro.
Me he emocionado muchísimo.

Mucho ánimo para la recta final de los exámenes. Seguiré visitándote a menudo.
Un abrazo