miércoles, 21 de junio de 2006

Obstáculos

Bueno, os dejo este cuentecillo de Jorge Bucay.

Lo pongo en el blog porque me gusta y porque me siento identificada con él. Este año, he tenido obstáculos, el cole, los conflictos, las decisiones...pero también muchos de ellos me los he puesto yo.Quizá por mi carácter,por como soy...pero los obstáculos muchas veces me los pongo yo, sin darme cuenta.
Así que os dejo este cuentecillo, a ver si os gusta...
A disfrutar del verano!
Un beso!


Obstáculos




Voy andando por un sendero.

Dejo que mis pies me lleven.

Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorte la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae.

Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos.

Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero no me importa.

Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo.

Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.

Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo

Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos... Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto.

Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado... descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños...

Me siento abatido... Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca... No dejaré que el muro impida mi paso.

Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire... De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad.

Me recuerda a mí mismo... cuando era niño.

Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?

El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí?



Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Recuerdo cuando hacíamos salto de vallas en el cole. Yo era tan torpe que el profesor, un antiguo militar, siempre me gritaba: "¡¡¡Segrelles, sólo te faltan las maracas!!!" Pero si no hubiera obstáculos, ¿qué nos impulsaría a saltar, a volar más alto? A ti se te da genial el salto de vallas, lo sé. Por algo será.

Gracias por compartir esta historia y por dar testimonio de alegría siempre a pesar de los obstáculos. ¡Un besote!

Anónimo dijo...

Elenita!!, me encanta, como ya sabes, tu sencilla y sincera manera de transmitir lo que sientes. Desde mi sentir y vivir doy gracias a Dios por los obstáculos que me encuentro ene l camino, ¿sabes por qué? porque cada uno de ellos es una lección maravillosa de la que aprender para la mejor carrera: UNO MISMO. Desde uno mismo es desde donde se expande la vida, desde donde se regalan momentos, desde donde se transmite a Dios.
Gracias Elena, gracias por demostrarme nuevamente que la vida, con sus sorpresas, merece la pena vivirla.
Un besillo desde La Rioja.

personita dijo...

Hola! he llegado aquí por casualidad. Es cierto que muchas veces no hacemos cosas porque las damos por imposibles, pero en realidad imposible es lo que no se intenta... porque te pones obstáculos.
Muy interesante tu blog ;)

Anónimo dijo...

He llegado aquí a través del google. Y al ver el cuento que has puesto me apetecía escribir comentario. Lo he leído hace poco, junto con varios más de Jorge Bucay, y la verdad que la frase de "los obstáculos no estaban antes de que llegaras, los obstáculos los trajiste tú"... es una de las que más me abrieron los ojos, está muy bien y es muy cierta. Tiene cuentos interesantes este hombre y grandes frases también.

Un saludito!