lunes, 8 de julio de 2013

Construir cada día

Sí, soy una enamorada de la vida, de los días en los que el sol te ciega pero no puedes dejar de mirarlo. Enamorada de los retos, de las pequeñas metas, de los sueños por venir. A veces idealista, pero con toques de realismo y de entusiasmo.

Pletórica, radiante, con poder dar un paseo juntos de la mano, tocar el agua helada del mar con la punta del dedo del pie, y salir corriendo cuando viene la ola que inevitablemente me pilla casi siempre.
Paladear cada comida con el placer que se merece, y ponerla como excusa para celebrar cada día algo nuevo, con toques diferentes, divertidos.

Creo que soy fácil de hacer feliz...y no es que sea una conformista, si no que cada vez valoro más lo simple, lo sencillo..lo que está siempre entre nosotros y nos da la vidilla diaria.

Al final del día intento recapitular, rezar, reunir todos los momentos, personas con las que he hablado, gente del trabajo, amigas a las que he llamado, cosas que he hecho..y aunque la mayoría de veces no llego al final y me quedo dormida, me sirve para darme cuenta de que no soy nada importante yo sola. Y que me encanta compartir mi vida y no guardarme nada. Que estamos hechos estrellas, de momentos fugaces, de rutinas, de amigos que cuidamos, de besos y sonrisas que damos, de lágrimas que derramamos. De decisiones pequeñas pero constantes.

Así que el futuro es ya, ahora. No vale la pena pensar cómo seremos y como actuaremos dentro de dos, cinco o diez años. Porque lo importante es construir cada día, es lo que va haciendo cimientos sólidos en nosotros.

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